Nací en Alicante en diciembre de 1981. Mis padres siempre han sido amantes de la naturaleza y, en aquella época, activistas en grupos ecologistas, por lo que pasé la infancia entre excursiones, acampadas y manifestaciones.
Yo fui a una escuela convencional, en la que la gran mayoría de los maestros eran de “la vieja escuela”, pero allí tenía buenas amigas/os y una madre que por instinto era y es muy respetuosa con sus hijos.
Siempre me han apasionado los animales, por lo que pensaba que acabaría dedicándome a algo relacionado con ellos, pero acabé dejando los estudios por falta de motivación a los 16 años.
Después de muchas vueltas y muchos trabajos diferentes, en 2009 comencé mi formación como Técnico Superior de Educación Infantil. Allí tuve la suerte de encontrar a una profesora que me descubrió un mundo que no conocía. Nos hablaba de Emmi Pikler y del Instituto Lóczy, de Loris Malaguzzi y las escuelas de Reggio Emilia, y del trabajo de Alfredo Hoyuelos en las Escuelas Infantiles municipales de Pamplona.
Terminé los estudios muy motivada, pero cuando comencé a trabajar en Escuelas Infantiles me di cuenta de que el trabajo que allí se hacía no cuadraba con lo que yo había aprendido ni con cómo quería trabajar.
Fue entonces, en el 2012, cuando me ofrecieron trabajar como acompañante en un pequeño proyecto de educación libre gestionado por un grupo de familias. Allí me sentía a gusto conmigo misma y con mi labor, las niñas y niños podían dedicarse a lo que les interesaba en cada momento mientras yo observaba y les guiaba sólo cuando era necesario. En ocasiones proponíamos alguna actividad y podía unirse quien estuviese interesada/o. Allí aprendí muchísimo, y me di cuenta de que así era como quería trabajar, ese era el camino.
Comencé a investigar sobre Rebeca y Mauricio Wild y su trabajo en el Pesta, sobre Summerhill, y a interesarme por otros proyectos educativos que tenían una mirada diferente.
Este proyecto de educación libre acabó por disolverse, pero gracias a él conocí a Cynthia, que en 2013 me propuso trabajar en Espacio VIVO de forma esporádica. Yo ya no quería trabajar de otra forma y Cynthia tenía la misma mirada hacia la infancia, estábamos en sintonía.
Pocos años después, en septiembre de 2017, comencé a trabajar de forma continua en Espacio VIVO, acompañando en el inicio a cuatro niñas y niños. Este proyecto ha ido creciendo poco a poco con mucho mimo y esfuerzo hasta hoy.
Durante estos años he sido madre y he aprendido mucho, de las cosas buenas y de las no tan buenas.
Y ahora, sigo aprendiendo, disfrutando y formándome junto a mis compañeras cada día, comenzando esta nueva fase de Espacio VIVO con mucha ilusión y la emoción de poder convertirnos en escuela de infantil y primaria.